Estoy triste. Perdí a mi gato en el sueño aquel donde todo parece ser de cristal; donde se pierde hasta la conciencia y la serenidad, donde todo puede ser y no ser; donde solo somos aire en el mundo y materia en el realismo espiritual de nuestros corazones; donde no encontramos más que una sola compañía de zurce nuestras heridas cotidianas de los días que transcurren en nuestro mundo. El espejo refleja lo que hay fuera del espíritu y no lo que es el alma, el cuero y no la mirada, la soledad y no la compañía; lo que es material y se desvanece como la flor de papel con el agua de las lágrimas del llanto.
Mi interior no pide apapacho, ni el saberme querida, ni el saberme olvidada, sino el saber que estoy con vida dentro de otros mundos, otros corazones, donde vivo plenamente como lo que soy en gran resplandor. En los corazones que me acepte tal cual soy, que conversaría con los ojos cerrados; sólo sintiendo el sonido de las palabras retumbando en el corazón.
Katri Jaqueline Medina B.

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